2/7/09

Daniel Rodríguez Ospina






















Somos imparciales imperfectos
No buscamos estar en un grupo,
Tan solo buscamos fundirlos todos con el calor
Que una noche de caricias puede provocar.

Somos tan imperfectos
Que me fusiono contigo para borrar mis defectos,
Para olvidarme por un minuto de mi y pensar en este ente,
Ya deforme, ya gastado de tantos besos,
Pero con espacio para ese minuto extra,
Cuando el adiós se prolonga más
Que el final de la misa de domingo.

Seamos imparciales e imperfectos
Que el próximo bando que tomemos Sea
El de aquellos que toman ese Tren
Hacia la estación de los perdedores,
Y allí perdamos nuestras inhibiciones,
Al tiempo que perdemos nuestros vestidos.

Que la única vez que seamos perfectos
Sea cuando aquel beso de la mañana
Te dure el resto de la semana.

Se mi amante,
Imparcial e imperfecta.



Ilustración: Picasso, Publicada en el “New Masses” el 13 de Marzo de 1945.

5 comentarios:

josef dijo...

Me gusta la imparcialidad imperfecta de nuestras vidas; así como me gusta el momento perfecto de un beso bien dado no, perfectamente dado y mejor recordado. En efecto después retornamos a nuestra parcialidad imperfecta. UN poema excelente!

Tony Amesty dijo...

Una perfecta unión de sentimientos sobre la dualidad.El final es precioso.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Y bendita imperfección, esa que hace que sólo pocas cosas sean perfectas y sean maravillosas.
estupendo poema.
Un abrazo grande.

Fernando García-Lima dijo...

Cómo me ha gustado eso de "Cuando el adiós se prolonga más
Que el final de la misa de domingo."

:-)

Anónimo dijo...

Y SI EL FINAL ESTÁ TAN CERCA, POR QUÉ NO DEJAMOS QUE LA CONSTANTE IMPERFECCIÓN NOS ACOMPAÑE EN LA CONSTANTE DE LA VIDA Y MAS SI ESQUE NOS UNEN LOS BESOS QUE PERFECCIONAN UN AMANECER?