26/10/08

JOSE ESTRADA

He visto mas de mil caras en la última semana,
mas de un millón en un año y hoy he visto mas de cien.
Las miro y algunas las conozco,
otras un poco y otras ni un poco;
y me doy cuenta, cuando me miro en un espejo y veo mi cara,
que tampoco me conozco.
20-V-2008 Manizales



15/10/08

SERGIO HURTADO GRAJALES



óleo, charles baudelaire

13/10/08

FELIPE LOPEZ

MI PETICIÓN

Quiero hervidero en mis huesos,
No vecinos bajo tierra
Ni muertos que me acompañen,
Mas la soledad he pedido
el olvido ha de ser mío
y la lapida será un muestrario
para los que quieren permanecer,
he pedido desaparecer
Pues el ungüento de mi polvo pediré:

Arrojar al sanitario.

Anselm kiefer, las celebres ordenes de la noche; de www.guggenheim-bilbao.es

10/10/08

DAVID JARAMILLO


Fruto Prohibido
a mi esposa... ella.

"tu cuerpo es paraíso del cual ningún dios podrá echarme."

Gioconda belli.



Se mi fruto prohibido.
si quieres se carne carne de bacanales,
llénate de incensarios o de famélicas faenas.

Pero déjame probarte fruto prohibido.
Déjame ser el furioso grito de tu sangre o
simplemente ser el clamor inmaterial de mis silencios
que inquietos te besan y te reclaman.

Se mi muerte simple e imprevista,
como la de los césares bañados en bronce
y llenarme de tu olor de orquídea;
mientras pruebo de ti fruto cándido
!fruto de ángeles para ángeles¡.

Que después de haberte probado;
cualquier, desnudez, soledad o tártaro
será azotado por tus vestigios
fruto trastocado de ambrosías
que el cielo habrá de negarme por habérmelo bebido.

He de asirme a ti con desperado esfuerzo como el alba del día,
he de apretar mis manos como el enfermo de su sudario,
como el moribundo del crucifijo.

¡ah! fruto prohibido que después de probarte
después de haber consumido hasta tu sombra,
no sin antes haberme bebido la eternidad, he de perdernos entre la sombra,
dormiré acariciando tu imagen y ahogándome en tu memoria

Entre los hombres jamás seremos vistos
pero los acordes de mis cantos acompasaran de los grillos.
y las mariposas serán mensajeras de nuestro nuevo paraíso.


8/10/08


Me llamo Cristóbal y hay cosas que creo indispensables en la vida, una de ellas es comenzar siempre por decir un nombre, Cristóbal y punto, sardina, Valeria y punto, si bien, Cristóbal, sardina y Valeria no llegarán a ser nunca lo que señalamos con ese nombre, siempre vive un comienzo para algo que existe, el comienzo para llegar a la mentira, a la verdad, a los intermedios de la verdad y la mentira o a lo que no existe, ahora, en este instante puedo decir puesta de sol y denotar con ello el resultado ineludible del movimiento rotatorio de la tierra, sin embargo no hay una mentira más evidente que decir puesta de sol, hombre, evolución, razón… todo lo que generaliza y subalterna.
Por eso comienzo por decir puesta de sol, nombro, pero al mismo tiempo que nombro desvirtúo, y digo duelo, esta condición es más adecuada en mi propia verdad de sol en la tarde en que la cámara fotográfica ha disparado municiones de luz luchando por imágenes que me complacen solo a mí, la única regla es un hedonismo fotográfico, el placer que está en el hecho de ignorar la técnica fotográfica y de contar con una pésima cámara y sin embargo decir que puedo entablar un duelo con el sol, arrogarme su intimidad de astro, decir que solo estamos él, yo, la última foto del rollo y una perspectiva que solo se ofrece o me complace a 10 minutos de camino arriba, el juego del duelo, su sentido y regla, es que debo llegar al lugar de la perspectiva antes de que el sol brinque al otro hemisferio y creo que esto ocurrirá en muy poco tiempo, mi primer paso y el duelo queda pactado, estoy en una vereda que se llama La Mediación la perspectiva esta en el intermedio de esta vereda y otra que se llama Morritos, le doy al sol mi espalda, me cae en gracia la idea de vencer al sol en un duelo y me aterra lo que me podrá pasar si pierdo, apresuro el paso no veo el sol pero advierto su tenue presencia en el color azafrán de la montaña de enfrente, la carretera, una curva, la perspectiva en la siguiente, el duelo, gritos de niño, Orlando llorando junto al cadáver de su padre, el sol proyecta su último rayo que va desapareciendo al mismo tiempo que desaparecen los asesinos en una Toyota 4.5. El sol, mi duelo el duelo de todos. Perder en un duelo con el sol.

2/10/08

JUAN PABLO POSADA

ALGUIEN DEAMBULA



siento sus pasos alevosos
irrigando los sueños y los días

Deambula andante
en el pizzicato del reloj

Cuenta
Gota

a
g
o
t
a

la entropía del abismo.