5/7/10

Lorena Madrid
















Sostengo un vaso de soledad
que me llena de tristeza el estomago.
Te llamo cafeína,
como de costumbre
vigilo la noche desde la ventana.

Pienso en vos,
pienso en voz baja
y me mezclo en un silencio
remojado de letras.

Tu risa va mostrándose amarilla,
así como muriéndote en mis sueños,
así como mi perfume a nicotina.

Convido a la luna
a una taza de amargura,
nos acompañamos el insomnio,
nos contamos de los balazos
hechos cráteres en el alma.

El humo no opaca
los minutos que llevo de la mano,
encuentro un fugaz paréntesis en el cielo,
deseo estrellar mis suspiros en tu boca.

Qué noche tan larga
en este funeral discreto,
donde me acompañan en el dolor,
el buen café
y mi mejor cigarrillo.



Imagen: Oswaldo Guayasimin

1 comentarios:

Ofields dijo...

muy vacano... nocturno