27/9/10

Wilmar Andres Morales


CAGADA EN UNA CALLE CON CATEDRAL.

Solo poseemos el cuerpo cuando hacemos el amor cínicamente en las esquinas
o cuando un loco enseña sus genitales en la vía pública,
el resto del tiempo, no es nuestro.
La calle usurpa el cuerpo para ponerlo en dirección a la ciudad, cuerpo de cuerpos.
La ciudad a su vez impondrá esta máxima:
“La calle permitirá sólo la vida al reducto de carne, acondicionará la carne para que elija bien”.
El loco que enseña sus genitales será exterminado,
el maestro redentor del alma será exterminado.
La esperanza del símbolo subversivo
devino en estética de la higiene,
poesía exterminada.
Estúpido poeta construyendo una metáfora ya construida,
reproduciendo un cuerpo ya dominado.
El poeta desinfecta su cuerpo para exhibirlo en la ciudad,
Su asepsia es su elección, su estética de la higiene.

¡Mamá! ¡Mamá! Tengo ganas de cagar.
La calle es larga, tanta gente que pasa…
Un poco más adelante la madre observa un espacio bajo las escaleras de una residencia, diagonal a una catedral.
- ve y caga allá.
Él hijo sale corriendo, pero su madre le grita, mientras arranca las hojas de un libro de poemas que le acaban de regalar:
-hijo, espera.
El niño se devuelve, recibe unas hojas en las que se lee, Mi novia… Mi patria…
La madre le dice:
-hijo,
sobre todo,
la limpieza.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué poeta serio osa publicar un poema en un sitio tan respetable como este, bajo ese nombre elegido por padres confundidos por el Fútbol en la década de los 80?
Este poeta se llama WILMAR, no se llama simón, ni martín... se llama WILMAR y se nota que es todo un Campesino.....