21/10/09

JUANITA ALVAREZ DE GOMEZ.

Tengo la manía insoportable de encontrar en el orden prolongado una excusa perfecta para alejarme. Tal vez quisieras seguirme por esta ruta de estallidos siempre inconclusos, de disparos en el cráneo no letales, de gente siempre viva. Podrías arriesgar un poco de “gravedad horizontal” so pretexto de búsqueda, búsqueda de una mujer en un tejido de macramé hecho por mi mamá, porque te aseguro que no será infructífero, mi mamá teje las mujeres más bellas en su medio punto, solo que la Gioconda no lo permite ver ahora, ni menos lo permitirán ver un excelente crítico de arte ni un curador de precios, solo las podremos ver personas como tú y como yo que compartimos un significado intimo, una intuición sobre la vida no acabada, una neurastenia sospechosa a lo neurasténico.

Juanita Álvarez de Gomes, te pude descifrar en un segundo. Siempre temí esa capacidad de equilibrio, de usar con tanta prudencia todo, y sin embargo de ocultar, de colocar el misterio como la mejor forma de conocer y de premisa para conocerte.

Te vi llegar desgarbada, Juanita Álvarez, asimetría al eje universitario de todos los días por esos días, asimetría de esos motivos intelectuales que en conjunto forman una bola de falsedades, los motivos de los intelectuales, que triste lamento esa reacción trivial a lo mismo, hay que ser intelectuales por un complejo ante una generación anterior, hay que ser intelectuales bajo la presión de ser interesante, de responder porque Cortázar sí y ese viejito Fernando Gonzales no, ha y ojala responder en francés. Juanita Alvares de Gómez amo ese precepto católico de avergonzarse ante el cuerpo desnudo y pornográfico, amo ese precepto de dudar del conocimiento que desvirtué la existencia de Dios, amo, Juanita Alvares, tú puesta ahí deshilvanada, esa fortuna de temer en toda una falta y un pecado, esa fortuna de ser católica y distinta.

Te conozco Juanita Álvarez, te pude descifrar en un segundo. Esa manera de ser católica y esconder algo que te duele, que no te hace tan segura a pesar de los preceptos, Juanita Álvarez, amo un rostro violentado por las imágenes corruptas de la calle, amo un rostro transgredido que asemeje la gesticulación de un orgasmo, aunque el estimulo originario no sea un orgasmo si no la gracia divina. Juanita Álvarez, que te duele que te molesta, que triste diablo escondes que no me puedes mostrar, que Baco que Dionisos.

Así te vi llegar, solo la sospecha de algo más allá de lo que la institucionalidad llama mundo, de lo que los católicos como tu llaman carne, solo una sospecha de la carne Juanita y ya estabas aquí, que interesante tu, Juanita, que te permites reflexionar sobre las pasiones mundanas mientras llevas toda la carga de reprimirlas, mientras yo solo tengo que disfrutarlas, disfrutar la manera en que te regocijas al rechazarlas, porque al rechazarlas me rechazas, porque al rechazarlas creas un juego de reglas únicas, creas un muro en el que estas sentada con Osiris –el gato- mirando un horizonte que yo no puedo ver, al que no puedo acceder ni siendo pintura o convirtiéndome en un cuento de Cortázar.

Te conozco Juanita Álvarez. Te pude descifrar en un segundo. Qué mundo conoces, que horizonte descubres mientras desnudas la niña, mientras desabotonas ese cuerpo tierno y tembloroso, ese cuerpo no recorrido, mientras piensas en tu mundo único de sábados en la tarde en que los niños recorren solos tu casa, mientras sus padres que son tus hermanos transitan otros lugares. Qué clase de Osiris son esos niños que amas, que transgredes, que perturbas, que plenitud encuentras que yo no puedo ver, que otro mundo discontinuo forman el intermitente triangulo de ostia niño y pedofilia, que clase de muro es ese que me excluye.

Te conozco Juanita Alvares. Te pude descifrar en un segundo. El segundo del domingo en el que te despides y vas a misa, ignorando lo que solo yo conozco y amo.

3 comentarios:

Psincomentarios dijo...

Quizá todas las mujeres tenemos mucho de Juanita

Anónimo dijo...

Me gustó.. también el estilo en segunda persona es interesante

Anónimo dijo...

que hacer, me gustaria ser tu, para mirarme desde ti.