no es mía la brisa salina;
no es mío el esfuerzo ni el ahínco.
Me gobierna el desgano
que tampoco es mío.
No es mío este poema
ni son míos los periquitos
del parque bolivar.
no es mía el agua
que salta de la fuente
ni mía la campana catedrálica.
no es mío el cielo crepuscular
ni mías las nubes pintadas de sol
no son míos los arboles
ni la guasca guitarrería.
Nisiquiera la montaña (residuos de volcan)
No es mía ni la gana ni la astucia...
Es mía solamente la Poesía.
Y a la vez soy suyo.
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